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¿Cómo se grababa el «Un, dos, tres...»?

Capítulo 4

 

 

 

«Un, dos, tres...» - 1987

 

 

 

EL PÚBLICO LLEGA AL PLATÓ

 

Los autobuses con el público solían llegar a las dos y media de la tarde. El propio Chicho Ibáñez Serrador se encargaba personalmente de ir colocando en sus asientos a las personas que habían tenido a bien acudir al plató para presenciar la grabación de un «Un, dos, tres...».

 

La posición de la gente en las gradas no era algo que quedara al azar. Chicho conocía perfectamente cuáles eran los asientos que más veces salían en pantalla, y solía sentar en ellos a bellas y jóvenes señoritas. También en las primeras filas de la grada izquierda hacía sentar a chicas guapas para animar la vista del espectador masculino.

 

Una vez que las quinientas personas del público habían ocupado sus asientos, Chicho cogía un micrófono y se dirigía a ellos, agradeciéndoles su asistencia y pidiéndoles que se divirtieran lo máximo posible, pero siempre acatando las indicaciones de los regidores.

«Un, dos, tres...» - 1991

 

Narciso Ibáñez Serrador - «Un, dos, tres...» (1987)

Chicho explica a los miembros del público cómo
se va a desarrollar la grabación del programa

 

 

Después de dirigirse al público, Chicho abandonaba el plató y se marchaba al control de realización para empezar a grabar primeros planos de personas del público; para facilitar esos “planos de reacción”, Mayra Gómez Kemp también se dirigía al público y le explicaba más detalles sobre la grabación, pidiéndoles paciencia ya que ésta podría alargarse bastante.

 

Mayra Gómez Kemp - «Un, dos, tres...» (1983)

 

 

Si durante el desarrollo de la grabación alguna persona del público deseaba alguna cosa, había dos chicas sentadas en la boca de la escalera con sudaderas de color rosa, que se encargaban de todo lo que pudieran necesitar.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

Esther y Marisol eran las chicas encargadas del público.
Junto a ellas está Jorge, el coordinador del público

 

  

 

 

GRABACIÓN DE RISAS

 

Una vez que Ibáñez Serrador había saludado al público, se dirigía al control de realización, desde donde daría sus órdenes a través de la megafonía del plató.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Desde el control de realización, Chicho tomaba primeros planos de gente riéndose

 

 

En este momento se producía una cosa curiosa del «Un, dos, tres...»: como a Chicho le venía bien tener planos del público riendo para poder intercalarlos durante el proceso de postproducción allí donde fuera necesario, antes de comenzar la auténtica grabación del programa todas las cámaras se colocaban frente a las gradas.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

Las hermanas Hurtado, también de frente al público, hacían el número de la mariposa, una actuación cómica que conseguía la carcajada del público semana tras semana.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

“Las Hurtado” sacando una sonrisa al público

 

 

En «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004), como Las Hurtado no formaban parte del equipo, las risas se conseguían contando chistes. Nieves Aparicio y Esther Sánchez proponían al público que contaran chistes (si eran picantes, mucho mejor). Con ello se conseguían dos objetivos: obtener los primeros planos de gente riendo y entretener al público hasta que todo estuviera perfectamente listo para comenzar a grabar. Y además, el que contara el mejor chiste podía ganar una buena cantidad de euros.

 

  

 

 

LA GRABACIÓN DE LA TANDA DE PREGUNTAS

 

A diferencia de la primera jornada de grabación, en la que la zona de la grada permanece en penumbra, mientras la zona del decorado es la que está iluminada por los focos, puesto que es allí donde se desarrolla todo lo que se está grabando, en el segundo día es la zona del público la que está iluminada, mientras que la del decorado está a oscuras.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

La tanda de preguntas se grababa en la segunda jornada de rodaje

 

 

Quizás, la tanda de preguntas fuera una de las partes más complicadas de grabar del «Un, dos, tres...». El preceptivo diálogo del presentador con la parte negativa y la presentación de los concursantes se grababa con rapidez.

 

«Un, dos, tres...» - 1987

Las azafatas presentaban a las parejas de concursantes

 

 

Las complicaciones de la grabación venían luego, a la hora de formular las preguntas a los concursantes. El presentador les planteaba la cuestión y estos disponían de los cuarenta y cinco segundos para dar el mayor número de respuestas posibles. Independientemente de que hubieran cometido algún error o hubieran incurrido en repetición, se les dejaba agotar los cuarenta y cinco segundos.

 

Transcurridos los mismos, la parte negativa tocaba las campanas de final de tiempo y se cortaba la grabación. Este momento resultaba realmente pesado para el público en el plató. Chicho y sus asesores en las preguntas (con Adalberto Aguilar a la cabeza) volvían a ver los cuarenta y cinco segundos de respuestas en busca de errores o repeticiones. El proceso se hacía lento, ya que en ocasiones había que consultar libros, enciclopedias, etc. hasta comprobar que la respuesta era correcta o no.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

Los asesores en las preguntas volvían a ver el vídeo con las respuestas
de los concursantes para comprobar si había algún error
 

 

 

«Un, dos, tres...» - 1982
Chicho le comunicaba a Teresa
la rima que tenía que decir

Si se descubría algún error, Chicho comunicaba a Teresa Hurtado (o a quien hiciera sus funciones en otras etapas), a través de unos auriculares o de un teléfono escondido en su mesa, el versito que tenía que recitar y comenzaba de nuevo la grabación. Se tocaban las campanas y Teresa soltaba su versito, y entonces el presentador requería a la azafata contable para que comunicara el número de respuestas correctas.

 

Si tenemos en cuenta que este proceso había que repetirlo nueve veces (tres preguntas por pareja), se comprenderá que la grabación de la tanda de preguntas se alargaba bastante, cuando, finalmente, tras el proceso de post-producción, no llegaba a durar más de media hora.

  

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

Para la grabación de la tanda de preguntas, la disposición de las cámaras era la siguiente: una de ellas enfocaba el set de las azafatas contables; otra, el de la parte negativa (que solían escenificar con mímica la pregunta a la que eran sometidos los concursantes); otra enfocaba al público, ya que Chicho solía utilizar primeros planos de personas del público como recurso para romper el plano fijo de la pareja de concursantes durante cuarenta y cinco segundos; la cuarta cámara enfocaba al presentador junto a la pareja de concursantes en su podio (esta cámara se colocaba sobre unos raíles, ya que era la que se movía de pareja en pareja conforme avanzaba la tanda de preguntas); y la última cámara, que era la que estaba montada en la grúa, era la que servía para enfocar a los concursantes durante el tiempo de respuestas.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

 

Para la grabación de la tanda de preguntas tan sólo se utilizaba la mitad del plató. La otra mitad quedaba oculta hasta la subasta, en la que el presentador nos describía el decorado y mandaba traer a la mesa algún objeto o bien las azafatas ejecutaban un número musical.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

Para ocultar el decorado durante las preguntas se utilizó una cortina durante las segunda etapa del programa; en la primera, o bien se podía vislumbrar el decorado tras el set de concursantes o bien se situaba frente a una pared blanca.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1972

 

 

A partir de la tercera etapa se utilizó un forillo totalmente negro que se colocaba detrás de los sets de la parte negativa, concursantes y azafatas. En «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» lo que separaba los atriles de los concursantes del decorado eran unos paneles traslúcidos iluminados por detrás con focos amarillos y naranjas.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

          «Un, dos, tres...» - 1987           «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

 

 

 

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