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Crónica de la quedada
“40 aniversario de «Un, dos, tres...»”

 

 

    

 

Otra de las sorpresas que habían preparado los organizadores era la llegada en limusina de un personaje muy especial relacionado con «Un, dos, tres...». La idea era haber salido todos  a la puerta del hotel y hacer creer que quien llegaba en limusina era Narciso Ibáñez Serrador, cuando en realidad era la calabaza Ruperta que había construido David Latorre para la ocasión.

 

Pero, claro, la broma ya no se podía realizar porque Narciso Ibáñez Serrador ¡estaba con nosotros!… Así que las chicas salieron a la puerta a recibir a Ruperta y se hicieron muchas fotos ante la mirada atónita de los viandantes.

 

Quedada “40 años de «Un, dos, tres...»” - La calabaza Ruperta llegó en limusina

La calabaza Ruperta llegó en limusina
y fue recibida por nuestras invitadas
Foto: Carlos Martín

 

 

Poco antes de que llegara Ruperta se marchó Mayra Gómez Kemp; estaba cansada y prefirió marcharse a casa. Se fue con el cariño de todos y el deseo de que esté totalmente recuperada dentro de poco.

 

Quedada “40 años de «Un, dos, tres...»” - Miriam Díaz-Aroca y Mayra Gómez Kemp se dan un abrazo

Miriam Díaz-Aroca y Mayra Gómez Kemp
se dan un abrazo de despedida
Foto: Carlos Martín

 

 

La Ruperta fue la sensación de la noche; la hija de Miriam Díaz-Aroca fue quien se la entregó a Chicho y luego todos los artistas se hicieron fotos y cantaron la sintonía del programa. Todos estábamos embriagados de nostalgia, alegría y felicidad.

 

Quedada “40 años de «Un, dos, tres...»” - Una foto para el recuerdo

Todos juntos en una imagen para el recuerdo Foto: Carlos Martín

 

 

Y en este ambiente de felicidad, amistad y compañerismo compartimos un cóctel servido por el hotel y pudimos charlar distendidamente unos con otros, hacernos fotos, bromear, conocernos un poco más…

 

Y después de la cena pudimos brindar tomando una copa, más relajadamente; recuerdo que estando en la barra con David Granel apareció Marta García, a la que saludé afectuosamente y no pude evitar decirle un piropo porque es realmente bella, además de altísima. Durante la semana posterior a la quedada, he descubierto también que es un encanto de mujer, llena de humanidad.

 

En este ambiente distendido, Carolina, Mayte, Alejandra y otros compañeros de PROINTEL recordaron anécdotas de las grabaciones.

 

Por ejemplo, Mayte y Alejandra nos volvieron a recordar la anécdota del elefante; pero no el famoso elefante del programa dedicado a Mallorca (1983) que siempre se cuenta como anécdota de «Un, dos, tres…», sino el de su etapa, que llegó muy nervioso al plató, tanto que cuando Alejandra lo vio se negó en rotundo a subirse en él. “¡Que te subas, Alejandra!”. “Estás loco, Chicho, que yo ahí no me subo, que míralo que nervioso está, que me va a matar”. “Súbete o no sales en el programa”. “Pues no salgo, Chicho, pero ahí no me subo”. Al final fue la pobre Mayte la que tuvo que subirse, que había estado ajena a la conversación entre Chicho y Alejandra y no sabía que el elefante estaba nervioso hasta que montó en él.

 

Y es que Alejandra era un poco la azafata rebelde; se quejó en la oficina de Chicho del vestuario que llevaban las secretarias, y por eso estuvo luciendo en algunos programas ese traje de señora antiguo. Otra de las rebeldías de Alejandra relacionadas con el vestuario fue con motivo del número musical del programa dedicado a la moda (15 de enero de 1993). Era un número complicado porque tenía muchos cambios de vestuario y Alejandra era quien lo protagonizaba. Chicho la llamó para que viniera a Madrid a probarse los trajes, pero Alejandra se negó alegando que era Navidad y que ella se quedaba en Cádiz, porque la sastra ya tenía sus medidas y no era necesario hacer un viaje en esas fechas tan entrañables para probarse unos trajes.

 

En efecto, al llegar a la grabación, los trajes no le entraban… Alejandra le pedía a la sastra por favor que apretara e intentara meterle el traje porque si no la bronca de Chicho iba a ser recordada hasta la eternidad.

 

Carlos Muriana, guionista del programa, asentía con la cabeza mientras Alejandra contaba esta anécdota, y recordaba que aquel número costó mucho tiempo grabarlo por los constantes cambios de vestuario que tenía.

 

En este vídeo vemos el número musical al que se referían Alejandra y Carlos.

 

 

 

Alejandra también nos narró el susto que se llevó una tarde de grabación; resulta que Fedra Lorente tenía que salir empujando un carrito de bebé donde habían metido a un actor enano que tenía que sacar las manos como si fuera un monstruo. El caso es que dejaron el carrito con el enano dentro entre bambalinas esperando el turno para salir, y cada vez que alguien pasaba a su lado, el enano le daba un susto.

 

En este vídeo vemos esta actuación de Fedra Lorente.

 

 

 

Buenos sustos también se dedicaron a dar los chicos de “Los inhumanos” el día que acudieron a grabar su actuación para el programa dedicado a Frankenstein (4 de marzo de 1994). Como eran tantos e iban a salir caracterizados de zombies, entraron en la sala de maquillaje de los primeros, y ya se pasaron todo el día haciendo el gamberro y asustando a la gente por los pasillos de los Estudios Buñuel.

 

En este vídeo vemos la actuación de “Los Inhumanos”.

 

 

 

También estuvimos hablando de las famosas gafas de las azafatas. Carolina, Mayte y Alejandra nos contaban que se cuidaban como algo realmente valioso, ya que cuando se rompían era muy afanoso hacer otras iguales, así que en cada corte de la grabación llegaba un encargado de Producción y les quitaba las gafas con sumo cuidado.

 

 

 

Carlos e Inma, concursantes del programa dedicado a Freud (7 de febrero de 1992) y del primero de la octava etapa (2 de octubre de 1992) también recordaron anécdotas de su paso por el programa como concursantes, comentando con Marta de Pablo y con Carolina que ellas les habían presentando en sendos programas.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

Inma y Carlos, acompañados por
Jordi Estadella y Miriam Díaz-Aroca
Foto: Inma y Carlos

 

 

En fin, las anécdotas fluyeron, las risas, el compadreo, la amistad… Pero llegaba la hora de abandonar el hotel. Todos los invitados se fueron, y algunos de los fans también. Algunos quisimos alargar la noche un poco más, pero lo que ocurrió fuera del Hotel Tryp Ambassador quedará ya —y éste es mi homenaje a Jordi Estadella— como secreto de sumario..

 

 

Desde aquí mi agradecimiento a Miguel, Juan y David
por haber organizado la quedada.
 
Mi cariño, admiración y agradecimiento a todos los artistas
que quisieron acompañarnos en esta noche tan mágica.
 
Y, por supuesto, mi amistad incondicional a todos los seguidores de «Un, dos, tres...»
que estuvimos en Madrid celebrando los 40 años de nuestro programa favorito.
¡Gracias a todos por haber formado parte de este sueño hecho realidad!

 

 

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