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Mallorca y las Islas Baleares

en el «Un, dos, tres...»

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La tercera cita con Mallorca, y con el resto de las Baleares, tuvo lugar en la cuarta etapa, el 15 de marzo de 1985. Cuenta la prensa que el sector turístico esperaba que la emisión tuviera efecto en las vacaciones de Semana Santa.

 

Naomi y Kim vistieron con el traje tradicional mallorquín. A Mari Luz, le tocó el traje ibicenco, mucho más llevadero debido a su baja estatura.

 

Parece ser que, en la ronda de preguntas, uno de ellos respondió Menorca como ciudad de Baleares, lo cual hizo que las Tacañonas actuaran, ya que ése es el nombre de la isla.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

 

Durante la subasta, y como siempre, fue Mayra la encargada de proporcionar a los televidentes las píldoras culturales sobre el archipiélago. Se mostraron imágenes de la cala de Sa Calobra (un recóndito pero bello lugar); la zona turística de Cales de Mallorca, al este; la localidad ibicenca de Sant Antoni, y para Menorca se seleccionó Maó (Mahón). Tuvieron cabida la salsa típica del lugar, la MAHONesa y, otra vez, las estalagmitas y los bailes tradicionales.

 

Miss Balears 1985, Lacy Escandell, se acercó a conversar con Mayra tras bajarse del barco en el que había aparecido junto a otras misses insulares. Por la parte oficial, acudió el hasta no hace mucho director del aeropuerto de Palma, Pedro Meaurio. Contó la anécdota de la mujer nigeriana que dio a luz en un avión mientras sobrevolaba el archipiélago. Asimismo, intervino Antoni Munar, Director General de Turismo del gobierno autonómico.

 

Cómo no, los humoristas también aparecieron en esta emisión. Arévalo hizo de hippy ibicenco, un colectivo que se instaló por los años 1960 y que aún hoy sigue teniendo presencia en la isla. La princesa Smilja Mihailovich, residente en la Pitiüsa mayor, acudió como creadora de la moda ad-lib, un movimiento que usaba la ropa blanca traslúcida y de algodón. Bigote Arrocet habló sobre la estancia de Lord Nelson en Menorca durante los años en que fue colonia británica y no territorio español. Por cierto, el historiador menorquín Eusebio de la Fuente también tuvo unas palabras en la emisión. Por su parte, Beatriz Carvajal apareció ataviada de hondera. Uno de sus chistes trató sobre un niño que tenía tanta fuerza en la mano, que al hacer la mili se cargó a su superior al realizar el saludo. Y un hondero de verdad repitió la misma hazaña que en el 83.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

Bailes tradicionales de la isla mayor

 

 

Los concursantes perdieron, entre otras cosas, un viaje de mes y medio con todos los gastos pagados a Mallorca, Menorca e Ibiza. Afortunadamente, el premio que se llevaron los dos cuñados que llegaron a la subasta fue un Seat Ibiza.

  

«Un, dos, tres...» - 1985

La pareja que se llevó el coche

 

  

 

 

Terminemos esta sección contando algunas anécdotas relacionadas con las Islas Baleares y el «Un, dos, tres...». Por ejemplo, durante sus vacaciones de verano de 1984, Chicho Ibáñez Serrador convocó un casting en un hotel de Mallorca para seleccionar a chicas que pudieran ser azafatas de la nueva etapa del programa. De ese casting salió elegida la rubita Naomi Unwin.

  

 

 

Aparte de alguna pareja concursante, también ha habido gente de Mallorca en el equipo. Ya hemos señalado a Llum Barrera. Tenía unos cinco años cuando empezó su ilusión por participar en el buque insignia de la televisión española. En aquella época, le gustaban Beatriz Carvajal y Antonio Ozores. Un buen día, recibió una llamada para salir en la última etapa de «Un, dos, tres...». Reconoce que bajó las escaleras centrales del plató temblando, porque estaba muy entusiasmada de verse en el sitio que había soñado.

  

Llum Barrera - «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004)

 

 

Barrera describe a Chicho como una eminencia en el mundo de la televisión. Dice de él que tiene las cosas muy claras y que sabe mucho del medio. Era un director muy exigente. Lo que más me gustó es que sabía sacar lo mejor de cada uno, señala. Reconoce que como era un poco mayor, daba la sensación de que no controlaba porque estaba allí sentado como un abuelito, pero asegura que en absoluto era así. Llum también recuerda su mal genio cuando las cosas no salían bien y, por otra parte, su buen humor si iba como la seda.

 

Una de las acompañantes de Arévalo en Baleares 85 fue la chilena pero mallorquina de adopción María Contreras, relaciones públicas de discotecas en la Mallorca de la época.

 

Para acabar, una anécdota contada por Paloma Cerezo, la asistenta personal de Chicho. Una pareja mayor de Ibiza fue seleccionada para acudir como sufridores. Como no tenían teléfono y no era fácil localizarlos, Prointel tuvo que llamar a la Guardia Civil para que los encontrara.

 

 

Esta sección es obra de Joan-Josep, a quien agradecemos
profundamente su colaboración con la web

 

 

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