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La primavera y el amor
en el «Un, dos, tres...»

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SÉPTIMA ETAPA (1991-1992)

 

Seis años después de aquel 14 de febrero, en el de 1992, el programa volvió a estar dedicado a San Valentín.

 

El ambiente estuvo tan almibarado como en anteriores ocasiones. El decorado simulaba ser un parque del siglo XIX donde las parejas paseaban.

 

En este vídeo Jordi Estadella nos describe el maravilloso decorado que Ana del Castillo diseñó para esa ocasión.

 

 

 

Arévalo volvió a interpretar el personaje del ganster que recordó la matanza que hubo en Chicago el 14 de febrero de 1929.

 

En este vídeo vemos esta actuación:

 

 

 

El número musical de las azafatas fue el mismo de la quinta etapa, aunque la letra variaba un poco, siendo en esta ocasión más mordaz e irónica, y no tan idílica como la de 1986.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

  

En este vídeo hemos intercalado fragmentos de ambos números musicales:

 

 

 

En esta ocasión, el premio final no fue el juego de la margarita, sino uno bien distinto... Un cursillo de paracaidismo.

 

 

VÍDEO DEL PROGRAMA
DEDICADO A SAN VALENTÍN

 

Haz clic en el icono para ver íntegramente el programa
dedicado a San Valentín de la séptima etapa

 

 

  

 

 

CURIOSIDADES

 

Como curiosidad podemos destacar que el nombre de Ángeles fue uno de los que más se repitió entre las concursantes de los programas dedicados al amor. Por ejemplo, los concursantes que pasaron a la subasta del programa de la tercera etapa se llamaban Ángeles y Gabriel.

 

Más Ángeles hubo en el programa de la cuarta etapa; Marcelino y Ángeles jugaron a “La carrera del Chollo”, junto con una chica del público que también se llamaba Ángeles.

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

 

Y a la subasta pasaron Eladio y Ángeles.

 

En el programa de San Valentín de la quinta etapa, la pareja que jugó a “El país del Antichollo” fueron Ángeles y Manolo. En el programa dedicado a San Valentín de la séptima etapa, en cambio, no hubo ninguna concursante que se llamara Ángeles, rompiendo así esta cadena de casualidades.

 

   

 

 

LAS “OBRERITAS DEL AMOR”

 

Para terminar con esta sección dedicada al amor, no podemos dejar de hacer referencia a las “obreritas del amor”, término con el que Narciso Ibáñez Serrador se refería a las prostitutas, colectivo que protagonizó diversos números musicales en la historia de «Un, dos, tres...». Veamos algunos ejemplos.

 

En el programa dedicado a Nueva York (30 de septiembre de 1983), uno de los musicales nos trasladó a la calle 42 de Nueva York, donde Kim Manning y Gloria Fernández ejercían de prostitutas.

 

En este vídeo vemos ese magnífico número musical.

 

 

 

En el programa dedicado a Nueva York de la sexta etapa (26 de octubre de 1987) también hubo un número musical donde aparecía una prostituta; en esta ocasión fue Beverly Rolls la que se metió en este papel.

 

En este vídeo vemos este número musical.

 

 

 

En el programa dedicado al París de finales del siglo XIX (19 de abril de 1985), las chicas se metieron en el papel de prostitutas y nos hablaban de lo bien que se lo puede pasar uno en compañía de estas chicas por París.

 

En este vídeo vemos el número musical que comentamos.

 

 

 

En el programa dedicado al Mercado Común (24 de enero de 1986), las azafatas, vestidas de prostitutas, celebraban la apertura de las fronteras.

 

En este vídeo vemos el número musical de este programa.

 

 

 

En el programa dedicado al erotismo (27 de abril de 1987) las chicas también hicieron de “obreritas del amor” en su número musical.

 

Slvia Marsó - «Un, dos, tres...» (1987)

 

 

En este vídeo vemos a las seis azafatas de la sexta etapa en el número musical del programa dedicado al erotismo.

 

 

 

Y, finalmente, una prostituta con suerte fue el papel que representó Miriam Díaz-Aroca en el programa dedicado a la lotería (13 de diciembre de 1991).

 

En este vídeo vemos el número musical de este programa.

 

  

 

 

 

EL AMOR DENTRO DEL «UN, DOS, TRES...»

 

No podemos terminar esta sección dedicada al amor en «Un, dos, tres…» sin hacer referencia a las parejas que surgieron en el programa.

 

En primer lugar, el propio Narciso Ibáñez Serrador conoció a su segunda mujer y madre de sus hijos, Diana Nauta, en el concurso. Diana participó en uno de los programas de la primera etapa de «Un, dos, tres… responda otra vez» haciendo de sirena.

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1973

 

 

En aquellos momentos, Chicho se encontraba separado de su primera mujer y surgió el amor. La prensa descubrió que Diana era la pareja de Chicho en el acto de presentación de su segunda película, «¿Quién puede matar a un niño?», y desde entonces Diana acompañaba a Ibáñez Serrador a todos los actos y en muchas de las grabaciones de la segunda etapa de «Un, dos, tres… responda otra vez».

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1976

 

 

Estando en emisión esta segunda etapa del concurso, nació Pepa, la primogénita del matrimonio, que incluso apareció en pantalla en el último programa de la etapa, cuando fueron presentados todos los bebés del equipo que habían nacido durante los casi dos años que duró la segunda etapa de «Un, dos, tres… responda otra vez».

 

«Un, dos, tres... responda otra vez» - 1978

 

 

Durante los años ochenta, Diana Nauta siguió acompañando a Chicho Ibáñez Serrador en las grabaciones de «Un, dos, tres…», estando pendiente de Pepa los días en que acudía al plató, como en la presentación de las etapas tercera y cuarta, o en el programa dedicado a la pintura (6 de abril de 1984), en el que fue una de las “paletas” que acompañaban a Raúl Sénder en su sketch cómico.

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

 

Si bien la noticia se conoció bien entrada la década de los noventa, Chicho y Diana se habían separado a principio de los noventa, aunque mantenían una excelente relación personal para que los dos hijos que tenían en común no se sintieran afectados. De hecho, Diana Nauta estuvo presente en la grabación del programa especial conmemorativo del vigésimo cumpleaños de «Un, dos, tres…», en la que se reencontró con miembros de los equipos de etapas anteriores, con los que había compartido muy buenos momentos.

 

«Un, dos, tres...» - 1992

 

 

Fue en la séptima etapa de «Un, dos, tres…» (1991-1992) en la que Narciso Ibáñez Serrador conoció a Lorena Martínez, que era una de las chicas de figuración que acompañaban a Manolo Royo (“Mc Royo”) como “cheersleaders” o que acercaba a la mesa de la subasta los juegos patrocinados por La Piara.

 

«Un, dos, tres...» - 1991

 

 

Lorena no continuó en el mundo del espectáculo, sino que terminó sus estudios de Farmacia y ejerció como tal, siendo la última pareja sentimental que se le ha conocido a Chicho.

 

Otra de las protagonistas de «Un, dos, tres…» que encontró el amor en el programa fue la azafata contable de la primera parte de la tercera etapa (1982-1983), Patricia Solís, que llegó a casarse con Patxi Muntaner, el vocalista del grupo “Ranas Sereneiders”, que participó en varios programas de esta etapa.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

La relación de Patricia y Patxi con «Un, dos, tres…» continuó más allá de aquellas intervenciones como azafata y cómico, respectivamente, ya que Patricia siguió vinculada al equipo de producción del concurso, y Patxi le puso voz al Chollo en la cabecera de las etapas cuarta y quinta (1984-1986). A ambos pudimos verlos en los ensayos del primer programa de la cuarta etapa como si fueran concursantes, igual que a Diana Nauta, la mujer de Chicho.

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

 

Patricia Solís no fue la única azafata que encontró pareja en «Un, dos, tres…» ya que en 2004, la contable Laura de la Calle y el presentador Luis Roderas (Larrodera) se conocieron y entre ellos surgió el amor; la prensa del corazón, despistada, trató de vincular afectivamente a Luis con otras de las azafatas, Raquel Oliván, ya que se les vio en alguna ocasión juntos en algún pub tras la grabaciones de «Un, dos, tres… ¡a leer esta vez!».

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

 

 

Otros miembros del equipo de «Un, dos, tres…» no conocieron a sus respectivas parejas en el programa, pero solían ser acompañados por ellas en las grabaciones. Uno de los fijos en el plató era Alberto Berco, marido de Mayra Gómez Kemp, que aguantaba las maratonianas jornadas de rodaje para estar cerca de su mujer. El tiempo se le hacía más ameno cuando coincidía con otros amigos, como era el caso del matrimonio formado por Luisa Armenteros y Luis Lorenzo.

 

«Un, dos, tres...» - 1982

 

 

También en alguna ocasión Alberto Berco actuó en la subasta de «Un, dos, tres…», generándose curiosas anécdotas como el hecho de que a la única persona a la que Mayra, a pesar de su extraordinaria memoria, le bailó el texto fue a él.

 

«Un, dos, tres...» - 1984

 

 

En ocasiones, los novios de las azafatas acudían al plató de los Estudios Roma para presenciar las grabaciones y acompañar a sus novias; así por ejemplo, Silvia Marsó recibió en 1983 la visita de su novio Rafael.

 

«Un, dos, tres...» - 1983

 

 

Kim Manning también recibió en alguna ocasión en el plató a su novio Richi, como en la grabación del programa dedicado a la Edad Media (1 de marzo de 1985).

 

«Un, dos, tres...» - 1985

 

 

Agradecemos a Jorge las fotos que nos envió y a David la información que nos facilitó

 

 

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