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Representantes
de Tacañón |
“DON CICUTA”
El primer representante de Tacañón del Todo en «Un, dos, tres... responda otra vez» fue “don Cicuta” (Valentín Tornos).
“Don Cicuta” fue el precursor de los posteriores “Tacañones” de «Un, dos, tres...», todos ellos personajes caricaturescos, símbolos de una España desfasada, inmovilista y anticuada, y de alguna manera, crítica velada a la censura de la época franquista.
“Don Cicuta” representaba la “parte negativa” del programa, frente a la “parte positiva”, encarnada en Kiko Ledgard y sus azafatas, contra las que “don Cicuta” luchaba ferozmente por lo descocado de su vestuario.
A Kiko Ledgard siempre le reprochaba su derroche dinerario ofreciendo tantos premios a los concursantes. Por eso, cuando durante la tanda de preguntas los concursantes cometían algún error en sus respuestas o se agotaba su tiempo, hacía sonar las campanas para que no siguieran acumulando dinero.
“ARNALDO Y REMIGIO CICUTILLA”
Ya que la “parte positiva” estaba integrada por Kiko Ledgard y sus seis secretarias, “don Cicuta” quiso reforzar su posición haciéndose acompañar por otros dos habitantes de Tacañón del Todo: “Arnaldo Cicutilla” (Ignacio Pérez) y “Remigio Cicutilla” (Javier Pajares).
Estos dos ayudantes de “don Cicuta” no tenían ni voz ni voto pero eran un apoyo fundamental para el veterano tacañón en su lucha contra el derroche y la impudicia en «Un, dos, tres... responda otra vez».
LOS “SÚPER-CICUTAS”
Otro apoyo fundamental de “don Cicuta” fueron los llamados “súper-Cicutas”, que intervenían a través de la megafonía del plató si había que aclarar alguna respuesta errónea de los concursantes.
Aunque “don Cicuta” anunció en alguna ocasión a Kiko que le presentaría a alguno de los “súper-Cicutas”, no se conservan imágenes en vídeo de ellos.
“LOS TACAÑONES”
En 1976, “don Cicuta” decidió abandonar el «Un, dos, tres...» por su edad y envió al programa a tres nuevos representantes, que le sustituirían, mientras que él se quedaría en Tacañón, “reserva moral de la tele, ejemplo de pueblo austero, triste y negro”.
EL “PROFESOR LÁPIZ”
“DON RÁCANO”
El segundo de “los Tacañones” era “don Rácano junior” (Paco Cecilio), hijo de “don Rácano”, uno de los más influyentes terratenientes de Tacañón del Todo.
Su misión era controlar la economía del programa, de forma que los concursantes ganaran la menor cantidad de dinero posible.
Así, cuando “don Estrecho” le preguntaba “¿deben seguir apareciendo las azafatas en minifalda?”, el córvido parlante respondía “nunca más”. O si se le pedía su opinión acerca de si debían seguir permitiéndose concursos como el «Un, dos, tres...» en TVE volvía a responder “nunca más”.
“DON JUSTO RAJATABLA”
Cuando “don Estrecho” volvió a Tacañón del Todo, en su lugar enviaron como representante del pueblo a “don Justo Rajatabla” (Blaki), que, como podemos imaginar por su nombre, era estricto en la exigencia de las buenas costumbres.
“DON MENUDILLO”
“Don Estrecho” (Luis Lorenzo) fue otro representante de Tacañón del Todo que llegó al «Un, dos, tres...» para sustituir a “don Rácano”, y como buen habitante de Tacañón, conseguía poner de los nervios a Kiko Ledgard.
“LAS TACAÑONAS”
A partir de 1982, en lugar de representantes masculinos de Tacañón del Todo, hubo representantes femeninas. Las tres nuevas “Tacañonas” venían a sustituir a los anteriores “Tacañones”, porque, según dijeron ellas mismas, “aquellos inútiles de hace cuatro años habían sido un descrédito para Tacañón”. La nueva representación fue anunciada por una señora de Tacañón, interpretada por Millán Salcedo.
“LA VIUDA DE POCO”
Una de las nuevas “Tacañonas” era “la viuda de Poco” (Paloma Hurtado). Su misión en «Un, dos, tres...» era defender la economía del programa de forma que todo aquel que quisiera llevarse “alguna perra, fuera con los pies por delante”.
A la “viuda de Poco” le acompañaban sus dos hermanas, que, según la mayor, sólo tenían 17 años, pero era porque no les dejaba cumplir más años; seguirían siendo “doncellas hasta que se casaran”.
“INMACULADA, LA SEÑO”
“La Seño” (Teresa Hurtado) era la profesora de Tacañón del Todo. Le apasionaba la didáctica y sus conocimientos llegaban a límites sorprendentes. No había nada que ella no supiera o que no hubiera practicado... Bueno, había “algo” que no había practicado, pero la teoría se la sabía toda; hasta el punto de haber traducido el “Kamasutra” al esperanto.
Su misión en «Un, dos, tres...» era corregir los errores de los concursantes durante la tanda de preguntas.
“MARI PURI”
“Mari Puri” (Fernanda Hurtado) era la más ingenua, pura y casta de las tres hermanas. Su misión era velar por la corrección en las costumbres; y se escandalizaba al ver a las azafatas en minifalda.
“LAS DERROCHONAS”
En 1991 llegaron al «Un, dos, tres...» tres nuevas representantes de Tacañón del Todo, pero con una filosofía muy distinta a la de sus paisanos.
Se trataba de “las Derrochonas”, que eran sobrinas-nietas de las antiguas “Tacañonas”, ya fallecidas, y habían heredado toda su fortunda, que se encargaban de dilapidar comprando todo lo que se ponía a su alcance. Representaban “la buena vida” y se codeaban con la jet set y la high society europea.
Pero en el fondo de su ser estaban latentes las enseñanzas morales y la idiosincrasia de las gentes de Tacañón, y cuando la crisis económica empezó a azotar con fuerza a España decidieron cambiar su filosofía de vida y volver a defender los valores tradicionales de Tacañón del Todo.
LAS TÍAS DE “LAS TACAÑONAS”
“LA TÍA VIRTUDES”
La “tía Virtudes” (Mercé Comes) fue otra de las representantes de Tacañón del Todo en 1993, en sustitución de la mayor de sus sobrinas. Heredera directa del glorioso “don Cicuta”, la “tía Virtudes” era fiel defensora del ahorro en televisión, y le declaró la guerra abierta a Bachs y sus siete azafatas.
“LA TÍA MARÍA DE LA PURIFICACIÓN”
La tía “María de la Purificación” (Vicky Plana) era hermana de la “tía Virtudes”; otra solterona como ella que había acudido al «Un, dos, tres...» para acompañarla en la tarea de sustituir a la mayor de sus sobrinas hasta que se recuperara y pudiera regresar al programa.
Una vez que la sobrina pudo reincorporarse, las dos tías regresaron a Tacañón para descansar ya que por su avanzada edad, el Sr. Bachs y las siete “despendoladas” azafatas podían con ellas. |
Agradecemos a Mariano, a Alfredo y a los amigos de “TP en portada” las fotos que nos enviaron |