“A nivel de popularidad, creo que el programa me lanzará a la fama, pero, realmente, lo que se dice triunfar, sólo lo han conseguido muy pocas de la etapa anterior. No sólo depende de la fama. Si no tienes nada más en tu cabeza, y si no sabes interpretar, los contratos no llegan. Yo pienso sacar el máximo jugo al programa, y, si me dan una oportunidad, estoy capacitada para conseguir algún fin en mi carrera de actriz. Creo que el haber trabajado en radio es un punto positivo para poder desempeñar una misión interpretativa”.

           Beatriz Escudero, 1976

“Cada una de nosotras tenemos una función determinada. Somos un poco las regidoras del espacio. Debemos estar pendientes de Kiko para ayudarle en cualquier momento. Cada una de nosotras estamos  estamos identificadas con una de las antiguas azafatas. Yo hago la misma misión que hacía entonces Cira”.

           María Casal, 1976

“No conocía al resto de compañeras de antes, pero después de un par de meses que llevamos juntas, creo que formamos un buen grupo. Todas nos ayudamos y, quizás, por ser yo una persona bastante abierta a los demás, les he tomado bastante cariño. Esta hermandad tiene que reflejarse en el programa positivamente”.

           Raquel Torrent, 1976

“Tengo la misión de estar a la derecha de Kiko para leer las cartas de los concursantes. Realmente mi papel será el que interpretaba Yolanda Ríos”.

           María Durán, 1976

“Creo que mi español es lo suficientemente bueno como para que me entienda el público. Antes de venir a España tuve una profesora de español que me enseñó la gramática. Creo que mi acento es bueno, y Chicho lo único que me ha pedido es que hable un poquito más alto”.

           Meggy Schmidt, 1976

“Creo que estaré un poco nerviosa al tener que actuar delante del público y hablar a los espectadores a través de una cámara. Pero el equipo del «Un, dos, tres...» nos está ayudando para que toda salga bien. Yo haré lo que hacía Ana, la contable; se da la circunstancia de que, durante mis estudios, las Matemáticas era la única asignatura que siempre suspendía; ahora espero no fallar en los números”.

           Victoria Abril, 1976

“Nos duele no poder compaginar el programa con el trío porque nos lo pasábamos muy bien con todo el equipo; la ilusión de las tres habría sido continuar con el concurso y con el trío”.

           María Durán y Beatriz Escudero, 1977

“Me da pena haber empezado ahora en el programa justo cuando se va a acabar, pero qué vamos a hacer. De cualquier forma soy feliz al poder trabajar aquí, aunque sean tan sólo en un par de programas”.

           Patricia Solís, 1977

“Me da igual que termine el programa, aunque, por otra parte, siempre se siente pena de finalizar una etapa que ha cubierto dos años de tu vida; sí, le he cogido cariño al «Un, dos, tres...». Pero el que finalice no es ningún problema para mí, puesto que seguiré con mis interpretaciones en películas y obras de teatro. Por otra parte, en el próximo mes de abril saldrá al mercado mi primer disco”.

           Victoria Abril, 1978

“El «Un, dos, tres...» me ha servido de mucho profesionalmente puesto que he podido vencer mi gran timidez en buena parte”.

           June English, 1978

“Intentaré entrar en otro programa de televisión como azafata, aunque todavía no tengo nada cerrado. Es lo que más me interesa profesionalmente, la televisión; aquí me encuentro más segura y pienso que la gente de este medio es más amable que la de cualquier otro”.

           Kristina Brodin, 1978

“No me queda más remedio que seguir haciéndome fotos como una loca; seguiré como modelo y también llevando las relaciones públicas de una cadena de boutiques que llevo desde hace tiempo”.

           Marta del Pino, 1978

“Me es indiferente desaparecer de este plano de popularidad que el «Un, dos, tres...» me ha proporcionado. El programa me ha dado un montón de satisfacciones, porque ha sido un trabajo cómodo y bien pagado; por eso me da pena que se acabe, pero lo acepto sin más”.

           María Casal, 1978