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Los números musicales
en «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!»

4

 

 

    

No digas que fue un sueño

 

Cleopatra

(canta Marta)

 

César,

quiero coronas de laurel

hechas de oro y de rubíes.

César,

quiero un imperio para mí.

 

César,

en Capri quiero una mansión

y en sestercios un millón.

César,

yo quiero Roma para mí.

 

Yo quiero un emperador,

no me importa si es anciano,

y si no me hace el amor,

que llene de joyas mi cuerpo serrano.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

  

 

César,

yo quiero esclavos a mis pies

que den masaje tailandés.

César,

lo quiero todo para mí.

 

César,

quiero en el circo decidir

qué gladiador ha de morir.

César,

yo quiero el mundo para mí, sí

 

César,

que me dé clase un centurión

de armas de guerra y seducción.

César,

quiero ser sexy para ti.

 

Yo quiero un emperador,

picarón como un demonio,

que haga caso a mis caprichos

y ponga a mi lado al gran Marco Antonio.

 

César,

seré tu emperatriz

y sabré hacerte feliz.

César,

yo quiero Roma para mí,

quiero un imperio para mí,

y a Marco Antonio para mí.

 

Anda, César... ¡por fa!

 

  

 

 

Robin Hood

 

La Edad Media

 

Tanta tragedia

con la Edad Media

y fue una época fantástica y genial.

Sexo, aventuras,

amor y armaduras.

Juegos, juglares.

¡qué simpática que fue!

 

Sin polución y sin estrés.

Sin tele, ni show del «Un, dos, tres...».

Sin hipotecas, ni discotecas,

sin tanto impuesto que pagar.

¡Viva la Edad Media, época genial!

 

Victoria Ampudia - «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004)

  

 

Con las cruzadas

surge un precinto.

Es este cinto

hecho para no pecar.

Con doble llave

pues ya se sabe

lo que relaja la visita de un juglar.

 

No hay en la Historia

un tiempo de fobia

que a la Edad Media gane en grande y en acción.

Con sus torneos,

sus galanteos

y sus festines

llenos de colesterol.

 

Sin autobús, sin gas ni luz.

Sin maquillaje y sin champú.

Si nicotina, sin cocaína

y sin más droga que el honor.

 

Viva la Edad Media,

bruta Edad Media,

loca Edad Media,

sexy Edad Media...

 

Robin Hood, Decamerón,

Marco Polo, Lancelot,

din-don-don-din,

y Colón y Merlín

 

Sin polución y sin estrés.

Sin tele, ni show del «Un, dos, tres...».

Sin hipotecas, ni discotecas,

ni tanto impuesto que pagar.

¡Viva la Edad Media, época genial!

 

¡Fue muy guay!

 

 

 

 

Robin Hood

 

La Inquisición

(canta Laura)

 

Flagelar

manda la Inquisición.
Proporciona emoción
un latigazo dar.

 

Machacar

con ternura y pasión.
Una oreja arrancar
es toda una ilusión.

Un champú con aceite caliente
no se olvida jamás fácilmente.
 

Castigar

y una pierna partir

es muy sano y sensual;

te ayudará a reír.

 

Torturar

y al «Un, dos, tres...» ir.

No hay castigo mayor,

te vas a divertir.

 

Azotar

por todo el costillar

es una sensación

difícil de olvidar.

 

Así, así, así...

 

Torturar

y al «Un, dos, tres...» ir.

No hay castigo mayor,

ni con la Inquisición.

 

  

 

   

Veinte mil leguas de viaje submarino

 

¡Cuida el mar!

 

Tal vez tú puedas recordar

cuando de pequeño te bañabas en el mar.

Su color era tan azul

que en el horizonte no podías diferenciar

cielos y mares.

Azules, azules

eran las aguas.

Limpias, limpias

llenas de vida y de color.

Pero un buen día

aquello se acabó

y todo cubierto de gris quedó.

 

Manchas de aceite y fuel

¡Qué descontrol!

Desperdicios, chatarra y petróleo

a granel.

 

Entre bellas caracolas

ves botes de Coca-Cola

y en aquella blanca espuma

mondas, pilas, bolsas, gomaespuma.

 

¡Qué marrón, cuánta polución!

¿Quién podrá limpiar tamaña contaminación?

Con lo bien que se estaba aquí

cuando sólo había que temer a tiburón.

 

¡Qué asco de agua!

Sucia, sucia.

Contaminada.

Turbia, turbia

Si hasta me cuesta respirar.

¿Quién lo diría?

Un ser como yo

ahogada algún día

en H2O.

 

Que alguien limpie las orillas.

¡Cuida el mar!

Y que no tiren más colillas.

¡Cuida el mar!

Y no seáis tan caraduras.

No somos cubos

de la basura.

 

¡Cuida el mar!

¡Cuida el mar!

¡Cuida el mar!

¡Cuida el mar!

¡Cuida el mar!

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

   

 

No lo olvides,

tú vienes del mar.

No lo olvides

soy tu vida,

origen y final.

 

Soy tu vida

eres de agua.

No lo olvides

por ella vives.

Vives, vives.

Vuelve a tener un mar azul.

 

Queda en tus manos,

sólo en tus manos.

Puedes lograrlo.

¡Cuida el mar!

 

  

 

   

Veinte mil leguas de viaje submarino

 

Julio Verne

 

[Raquel]

A bordo de este “Nautilus”

te puede hacer navegar

o de la tierra a la luna

de un tiro hacerte llegar.

 

[Victoria]

Al faro del fin del mundo

sólo él te puede llevar;

y en menos de ochenta días

una vuelta al mundo dar.

 

[todas]

Que imaginar

e imaginar

es el negocio del señor Verne.

¿Quieres probar?

 

Si lo que buscas es gozar

y de aventuras disfrutar,

éste es tu hombre,

Julio es su nombre,

¡Ven sin dudar!

 

[Raquel, Victoria y Gloria]

Hasta el centro de la Tierra

sin moverte del sofá

o hasta la isla misteriosa

sin tenerte que mojar.

 

Cinco semanas en globo

y sobre África volar.

Viajar con Miguel Strogoff

y ser el correo del zar.

 

[todas]

Qué gran placer

hay en leer

una novela de Julio Verne

y conocer

[Gloria]

todo aquello que imaginó,

ese mundo que vislumbró.

Son aventuras,

no tengas dudas

sumérgete.

[Laura]

Sumérgete.

 

[Yolanda]

Que la inmersión

será una inyección

de imaginación.

[Laura]

Veinte mil leguas bajo el mar

de la aventura surcarás.

Leven las anclas,

viaja a tus anchas.

¡Ven sin dudar!

 

Sumérgete.

Sumérgete

 

[Victoria]

Que la inmersión

será una inyección

de imaginación.

[todas]

Veinte mil leguas bajo el mar

de la aventura surcarás.

Leven las anclas,

viaja a tus anchas.

¡Ven sin dudar!

 

[Nieves]

Son aventuras,

no tengas dudas.

Ven a embarcar.

[Marta]

No te hace falta

para este viaje

más que un buen libro

como equipaje

si Julio Verne

lleva el timón

de la diversión.

 

 

 

 

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

 

Mr. Hyde I

(canta Pablo Sánchez)

 

Pablo Sánchez - «Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» (2004)

   

 

Vuelvo a sentir

el resurgir

de aquel temblor

arrollador.

 Como un licor

embriagador,

la degradación

nubla mi razón.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

Comienzo a ser

quien quiero ser.

Despierto estoy

soy lo que soy.

Ya no lo puedo evitar.

Cada vez va a más y más.

Unas veces soy un ángel

y otras veces Satanás.

 

Soy como el mal

un mal

sin contención.

Sin más moral social

ni represión.

Puedo pecar, matar

sin contrición.

Ahora veo, sí,

que en mi mente está

y en que ella habita, ¡ay!

¡el Mal!

¡el Mal!

 

Lo quiero hacer

lo voy a hacer.

Prohibido está;

lo mismo da.

Ya no soy aquel doctor;

de él en mí ya nada hay.

Creo que podéis llamarme

simplemente Mr. Hyde.

 

Soy como el mal

un mal

sin contención.

Sin más moral social

ni represión.

Puedo pecar, matar

sin contrición.

Ahora veo, sí,

que en mi mente está

y en que ella habita, ¡ay!

 

Soy como el mal

un mal

sin contención.

Sin más moral social

ni represión.

Puedo pecar, matar

sin contrición.

Ahora veo, sí,

que en mi mente está

y en que ella habita, ¡ay!

¡El Mal!

 

  

 

 

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

 

Mr. Hyde II

(canta Pablo Sánchez)

 

Temblor, temor,

revelador.

Acción, reacción,

transformación.

Fuego interior,

catalizador.

Sangre y dolor

purificador,

será la oscuridad

será mi otra mitad.

 

Creí morir

y sucumbir

y al renacer

soy otro ser.

En mi interior

siento el horror

de ser peor,

tal vez mejor.

 

Ya no soy aquel doctor;

de él en mí ya nada hay.

Creo que podéis llamarme

simplemente Mr. Hyde.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

     

 

Soy como el mal

un mal

sin contención.

Sin más moral social

ni represión.

Puedo pecar, matar

sin contrición.

Ahora veo, sí,

que en mi mente está

y en que ella habita, ¡ay!

¡El Mal!

 

Un virus de

malignidad

me infecta de

perversidad.

Oigo el placer

llamándome,

y a Lucifer

tentándome.

 

Hambre carnal

quiero caer.

Pecado mortal,

quisiera arder.

 

Ya no soy aquél que fui,

el doctor medido y fiel.

Hoy un monstruo vive en mí

la mitad malvada y cruel.

 

Soy como el mal

un mal

sin contención.

Sin más moral social

ni represión.

Puedo pecar, matar

sin contrición.

Ahora veo, sí,

que en mi mente está

y en que ella habita, ¡ay!

 

Soy como el mal

un mal

sin contención.

Sin más moral social

ni represión.

Puedo pecar, matar

sin contrición.

Ahora veo, sí,

que en mi mente está

y en que ella habita, ¡ay!

¡El Mal!

 

  

 

 

La Odisea

 

Penélope

(canta Marta)

 

Llevaba ya diez años

esperando el regreso

de mi gran amor,

el gran Ulises.

Como abnegada esposa

tejiendo y destejiendo

me los pasé.

Seré idiota,

pues resulta que al llegar

me soltó una trola

de cíclopes y de sirenas;

no hay quien se lo crea.

No, no.

 

Y pensar que yo

rechacé a más

más de cien maromos

que no estaban nada mal.

Mira tú, qué plan,

yo la mujercita fiel

y él dale a navegar

de aquí para allá.

Si llego a saberlo

que lo espere su mamá.

Yo no espero más;

ahora quiero disfrutar.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

   

 

Tuve a mis pies postrados

a príncipes tebanos

loquitos por mí;

y a un espartano,

a varios macedonios,

a un persa y cuatro jonios,

que yo haciendo así

habrían muerto.

Hasta de la isla de Lesbos

tuve pretendientes.

Y yo esperándole a él,

y él por ahí de juerga.

No, no.

 

Qué tonta que fui.

No lo vuelvo a hacer.

No hay hombre que valga tanto.

Si a la guerra fue

que le vaya bien.

No me vengas con historias;

ya no tejo más,

ya no aguanto más.

Fui Penélope,

la que te supo esperar

y no espera más;

ahora quiero disfrutar.

 

  

 

 

La Odisea

 

Los dioses del Olimpo

 

[Apolo -bailarín-]

Aquí en el Olimpo

se está como Dios,

no mueres,

no enfermas,

no tienes ni tos.

 

[Esther]

La única pega

de ser inmortal

está en que te aburres

de un modo infernal.

 

[todos]

Por eso nos

encanta jugar

con el penar

del pobre mortal.

No veas qué

divino placer

tener poder

de hacerle padecer.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

   

 

El gran Ulises

ahora es un “pringao”

pues con su regreso

nos hemos “cebao”.

Zeus, Apolo y el gran Poseidón

juegan con él

cual si fuera un peón.

 

Ojo, mortal,

a una divinidad

no hagas enfadar

o lo pagarás.

Mira que aquí no hay televisión

y tu marrón

es la diversión.

 

¿Por qué será?

¿Qué placer habrá

en molestar

al pobre mortal?

Qué sensación

tenerlos a tus pies.

La adoración

no veas lo guay que es.

¡Vamos!

 

Ojo, mortal,

a una divinidad

no hagas enfadar

o lo pagarás.

Mira que aquí no hay televisión

y tu marrón

es la diversión.

 

  

 

 

La Pimpinela Escarlata

 

Pimpinela Escarlata

(canta Juan Benavent, bailarín)

 

De toda la Republique

yo soy el noble más chic.

Pimpinela Escarlata

soy el más guapetón,

el más guapetón.

 

Y aunque soy un lord inglés,

Versalles cayó a mis pies

por mi encanto arrebatador

sin parangón, sin parangón.

 

Yo fui el pionero

 de todos los súper-héroes,

que Superman,

ni Superman.

Tengo dos nombres,

dos aspectos,

tengo doble identidad.

Total ambigüedad.

 

Así soy yo.

Si el cuello vas a perder

por orden de Robespierre,

Pimpinela Escarlata

será tu salvación,

tu salvación, tu salvación.

 

Pues con esta revolución

se ha vuelto un problemón

para la nobleza

tener cabeza.

 

¿Cuándo habéis visto

un héroe así

de bien vestido?

Mirad qué seda,

mirad qué pluma.

Y como veis

el corsé

no quita lo valiente,

aunque me impida

respirar.

Que un espadachín

que además sea un figurín

sólo hay uno

y es éste que ves

éste que ves, éste que ves.

 

Pimpinela Escarlata

Pimpinela Escarlata

Pimpinela Escarlata

¡Viva la guerra de clases!

Pimpinela Escarlata

Pimpinela Escarlata

Pimpinela Escarlata

Pimpinela ya está aquí,

no temáis.

 

  

 

 

La Pimpinela Escarlata

 

La Revolución Francesa

 

Très bien, très bien

Se vivía en la France

y très jolie

nos pasábamos la vie

 

Très bien, très bien

Se vivía en la France

y très jolie

nos pasábamos la vie

 

De Versalles a París

con la corte del rey Luis

Ir de la fuente al jardín,

¡qué cansancio, qué trajín!

Con criados por doquier

y con manjares a granel,

sin un palo al agua dar

y sin tener que trabajar.

 

Pero llegó

aquella Revolución,

y, c'est la vie,

todo aquello c'est fini.

Porque llegó

aquella Revolución,

y, c'est la vie,

todo aquello c'est fini.

Vinieron los sans-coulottes

y to' lo bueno se acabó.

 

Ya no vale ser marqués,

ni ser todo un rey francés.

Si eres noble, ten cuidao

de no acabar guillotinao,

que en esta Revolución,

el cadalso es diversión.

 

«Un, dos, tres... ¡a leer esta vez!» - 2004

   

 

Porque llegó

aquella Revolución,

y, c'est la vie,

todo aquello c'est fini.

Porque llegó

la odiada Revolución,

y, c'est la vie,

todo aquello c'est fini

De nada sirve ya tener

la sangre azul, pues Robespierre

alérgico a más no poder

a tal color parece ser.

 

Ay, qué marrón,

maldita Revolución.

Nos fastidió.

Muera la Revolución.

 

Si tenías un pastón

o eras duque de Avignon,

eres carne de cañón

para la Revolución.

 

Très bien, très bien

se vivía en la France

y très jolie

nos pasábamos la vie.

Pero llegó

aquella Revolución

y, c'est la vie,

todo aquello c'est fini.

 

 

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