Chicho siempre probaba y
explicaba las pruebas
Dado que las pruebas podrían resultar peligrosas para los
participantes por el riesgo de lesión, todas eran probadas
previamente por el equipo del programa para verificar que los
elementos que se utilizarían para su desarrollo funcionaban
correctamente; el propio
Narciso Ibáñez Serrador
ejecutaba las pruebas para asegurarse de que los concursantes no
sufrieran ningún daño indeseado.
Ya durante la grabación,
Chicho
también era el que acudía al plató para explicar detenidamente a
los concursantes la mecánica de la eliminatoria, incluso
realizando la prueba para que supieran cómo hacerlo; después
sería el presentador o la presentadora quien explicaría a los
concursantes y al público en qué consistía la eliminatoria, pero
de forma más rápida.
Y es que
Chicho
se encargaba de controlar hasta el más mínimo detalle de todo lo
que ocurría en el programa; su presencia en el plató era
continua en las pausas de la grabación, y durante el montaje de
todos los artefactos necesarios para realizar la eliminatoria,
se acercaba al plató para charlar con
Mayra,
tranquilizar a los concursantes y verificar que todo estaba en
su sitio.
La eliminatoria del tobogán
La eliminatoria más utilizada para terminar las etapas de «Un,
dos, tres...» fue la de descender por un tobogán con una bandeja
llena de vasos repletos de líquido intentando salvar la mayor
cantidad posible. La primera vez que se utilizó fue en el
programa dedicado al Maestro Serrano (7 de octubre de 1977), en
la segunda etapa; después se utilizó para despedir esa etapa el
27 de enero de 1978.
La prueba se utilizó posteriormente en
otros programas, como el de Julio Verne (22 de octubre de 1982)
o en el especial con concursantes de B.U.P. (21 de octubre de
1983). Esta prueba sirvió también como eliminatoria en el último
programa de las etapas quinta (28 de marzo de 1986), sexta (4 de
enero de 1988), séptima (10 de abril de 1992) y novena (8 de
abril de 1994).
La eliminatoria más icónica
Pero a pesar de que la eliminatoria
del tobogán haya sido de las más repetidas de la historia del
«Un, dos, tres...» para despedir las etapas, posiblemente la
eliminatoria más icónica por divertida fue la de estrellar
huevos en la cabeza del contrincante. Se utilizó por primera vez
en el programa dedicado a Sudamérica (7 de enero de 1983) con la
excusa de que Cristóbal Colón utilizó un huevo para demostrar
que la Tierra era redonda; por eso, en esta prueba los
concursantes debían coger un huevo de la cesta preparada para
ello y decir “La Tierra es redonda y se demuestra así”,
y seguidamente estrellar el huevo en la frente del concursante
contrario, hasta que alguno encontrara el huevo duro que no se
rompiera.

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Los concursantes se pringaban
tantísimo con la yema de los huevos que al público le resultó
divertidísima esta prueba;
Chicho Ibáñez Serrador,
que supo de esta circunstancia porque realizaba encuestas acerca
de los contenidos del programa para conocer lo que más gustaba y
lo que menos a los espectadores, utilizó la mecánica de esta
eliminatoria en muchas ocasiones más, como en los programas
especiales dedicado a los errores (4 de febrero de 1983), a las
revistas de humor (4 de marzo de 1983), a la Formación
Profesional (25 de noviembre de 1983) o a los dulces de España
(1 de febrero de 1985).
Esta prueba era tan divertida que no
es de extrañar que sea una de las más recordadas de la historia
del «Un, dos, tres...» y que se haya utilizado cuando en otros
programas de televisión se ha hecho un homenaje al concurso;
así, por ejemplo, la última vez que pudimos ver esta prueba en
una recreación de «Un, dos, tres...» fue en el programa
«Drag Race España».
Pero no sólo en televisión se ha hecho
esta prueba; también en el circo cuando
Mayra Gómez
Kemp hizo una gira como
artista invitada con un importante circo; Mayra recreaba con los
espectadores un «Un, dos, tres...» con su eliminatoria y todo,
para lo cual se utilizaba la de los huevos.
Tartazos
Narciso Ibáñez Serrador
era consciente de que las eliminatorias que más divertían a los
espectadores eran aquellas en las que los concursantes
terminaban totalmente embadurnados de harina, líquidos, huevos o
merengue; por eso, otra de las pruebas más repetidas fue la de
los tartazos que una concursante lanzaba sobre la contrincante.
Esta mecánica se utilizó en repetidas ocasiones, como en el
programa dedicado a los hobbies (16 de diciembre de 1977), las
batallas históricas (15 de octubre de 1982), las revistas de
humor (4 de marzo de 1983) o el especial dedicado a la Formación
Profesional (25 de noviembre de 1983).
Ropa de repuesto
Como era habitual que en la
eliminatoria los concursantes pudieran acabar totalmente
manchados de todo tipo de sustancias, cuando eran seleccionados
e invitados a participar desde el equipo de producción se les
indicaba que acudieran a la grabación con ropa similar a la que
utilizarían en la grabación por si necesitaban cambiarse después
de la prueba eliminatoria, porque no siempre era posible que los
servicios de limpieza, secado y planchado de ropa de TVE
pudieran tener lista la utilizada por los concursantes en la
eliminatoria.
Pero no siempre fueron los
concursantes los que necesitaron de estos servicios; en una
ocasión, concretamente en el programa especial dedicado a las
revistas de humor (4 de marzo de 1983), fue
Mayra Gómez Kemp
la que terminó con su vestido totalmente lleno de merengue de
una de las tartas. La anécdota la conocimos gracias a los
reportajes emitidos por las revistas, porque en el montaje final
que vimos por televisión el tartazo a Mayra fue suprimido.
Desnudos masculinos
Pero no siempre las ropas de los
concursantes acababan manchadas; en ocasiones eran éstos los que
se quedaban sin ropa; fue en aquellos programas en los que se
utilizó la prueba de los toneles, en la que los concursantes
iban cambiando prendas de ropa por fichas de casino. Se utilizó
por primera vez en el programa dedicado a la “Belle Epoque”
(8 de octubre de 1982) y los concursantes se quedaron
prácticamente desnudos.
Ver a varones prácticamente desnudos
era una cosa que resultaba bastante graciosa en la televisión de
los años ochenta por lo que la prueba fue utilizaba nuevamente
en el programa dedicado a Montecarlo, años 20 de la cuarta etapa
(14 de diciembre de 1984) y el éxito fue tal, que se utilizó
también en el último programa de esa etapa (3 de mayo de 1985).
Una versión de esa prueba fue
utilizada también en el programa dedicado a las terrazas de
verano (27 de julio de 1987).
Algunos accidentes sin
gravedad
A pesar de que todas las eliminatorias
eran probadas por el equipo del programa, a veces los
concursantes sufrieron accidentes durante su realización fruto
del empeño que le ponían para conseguir la victoria; por
fortuna, los incidentes fueron de escasa gravedad y los
concursantes no sufrieron excesivo daño, pudiendo ser atendidos
por los servicios médicos de TVE en el propio plató; tan sólo
necesitó ser trasladado a un hospital el concursante que se
lesionó en el programa dedicado a los cómics (6 de julio de
1987).
Otra elminatoria en la que uno de los
concursantes tuvo un accidente fue en la del programa dedicado a
Hungría (14 de marzo de 1986). Carlos, uno de los participantes,
al cruzarse en el puente colgante con su contricante, perdió el
equilibrio y se golpeó con la cara en el suelo del plató; el
susto fue tremendo y quedó inconsciente bastantes minutos.
Por fortuna, el médico y el enfermero
de TVE pudieron reanimarlo y pasados los nervios Carlos pudo
retomar la prueba y finalizarla;
Narciso Ibáñez Serrador
bajó inmediatamente al plató para asegurarse de que el
concursante se encontraba en perfecto estado. Como el propio
Chicho ha manifestado en varias ocasiones, los concursantes
contaban con un seguro que les cubría desde que salían de su
casa con dirección a Madrid para grabar el programa y hasta que
regresaban a su hogar.
Miriam lesionada tras una
eliminatoria
Pero los concursantes no fueron los
únicos que resultaron lesionados en alguna ocasión con motivo de
la eliminatoria; en el programa dedicado al lejano Oeste (14 de
mayo de 1993) el suelo del plató quedó con tantos restos de
huevos estrellados que
Miriam Díaz-Aroca,
al trasladarse con la pareja eliminada al set del juego de
PANRICO resbaló y se hizo daño en una rodilla.
Los servicios médicos de los Estudios
Buñuel pudieron hacerle un vendaje que le permitió grabar el
juego de consolación, pero seguidamente se trasladó al hospital
para poder ser atendida más adecuadamente; por eso, ese día
Jordi Estadella
despidió el programa sin su compañera desde la mesa de la
subasta.
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