Inicio > La quedada “40 aniversario de «Un, dos, tres...» > La quedada vista por los ojos de Fran Flores · 3

 

La quedada vista por los ojos de Fran Flores

 

 

       

 

Nos hicimos unas fotos grupales en la tarima donde yo de tanta espera casi me hago polvo las rodillas, ¿quién me mandaría ponerme en esa postura? La chica que nos hacía la foto tenía muchas cámaras, una por cada uno que estaba allí donde ir sacando las fotos, excepto la mía, ya que la tenía guardada en el bolsillo.

 

Quedada “40 años de «Un, dos, tres...»” - Foto de grupo

Muchos amigos y seguidores de «Un, dos, tres...»
con Mayte Navarrete y la Ruperta
Foto: Cándido Martín

 

 

Repartieron unos posters de Raúl Sénder. A mí me dieron también uno, que al final dejé encima de la mesa y me fui sin haberlo recogido.

 

El grupo se dividió en dos, unos formamos una especie de corrillo con las sillas y empezamos a hablar de «Un, dos, tres...», de lo que pensábamos, se habló también de la gente que no pudo estar. Miguel me hizo repetir algo que había escrito en Facebook, que de los nervios, si me metían varias bebidas alcohólicas en pocos segundos me hacía un cóctel, no me pasó solamente porque yo no bebo.

 

Hablamos también de otro de los vicios que yo mas detesto, el tabaco. Le dije a Miguel y a otros que estaban allí algo que yo considero como un lema. No podemos vivir sin comer, no podemos vivir sin beber (alcohol no) pero podemos vivir perfectamente sin fumar. En la otra sala estaban otros compañeros hablando con las azafatas que se habían quedado. Recordaban anécdotas y todos escuchaban y se reían.

 

Finalmente la hora pudo conmigo. No quería llegar muy tarde al hotel ya que al día siguiente tenía que coger el autobús para volver a Barcelona. Me despedí de todos y me volví al hotel. Solo tuve que hacer el recorrido inverso, que fue muy fácil. Finalmente me costó dormirme al fin y al cabo. Acostumbrado a mi cama.

 

Al día siguiente me levanté temprano, más de lo que me pensaba. Tenía el reloj, misteriosamente con una hora de más. Desayuné, recogí mis cosas, entregué la llave y me fui. Tenía el temor de tardar mucho en ir del metro hasta la estación de autobuses. Al final fue mas rápido de lo que pensé. En la estación me encontré con Xavier, uno de los fans que estuvo en la quedada que se iba a trabajar. Hablamos un poco, que qué pasó cuando me fui, que a donde fueron, de lo curioso que era el metro de Madrid, que iba al revés que el de Barcelona, cosa que también comenté con Iván el día anterior… En una misma estación nos separamos, él ya salía de la estación para ir a su trabajo, yo iba a hacer trasbordo. Llegue a la estación de autobuses con más de una hora de adelanto. Menos mal que me traje un libro para leer mientras esperaba. Aquello había llegado a su fin. Volvía a Barcelona. Cogí el autobús y empezó el largo viaje que me llevaba de vuelta a casa. A veces me ponía a leer, otras contemplaba el paisaje. Mientras contemplaba se me ocurrían frases para decir en el relato, como si esto fuera una novela. Veía por ejemplo las torres de energía eólica que parecía que nos estaban saludando, veía un tren AVE y me acordé lo que pensé de aquel autobús cuando estaba en un AVE y ahora pensé lo contrario, si ese AVE iba a Madrid. También pensaba cuando viajaba que me iba a encontrar cuando llegara, los mensajes pendientes, si serían de la quedada, de algún otro amigo, de la web donde escribo una foro novela, si ya habrían fotos de la quedada. Esa misma tarde subí las que hice y las respuestas no se hicieron esperar. Al día siguiente recibí más mensajes que en el día de mi cumpleaños, muy cercano por cierto.

 

Ahora he vuelto a la vida cotidiana. Quién sabe cuándo se repetirá esto.

 

No, no se repetirá nunca. La experiencia puede hacerse igual pero nunca se podrá considerar repetida por el hecho que esta fue la primera vez. Mi primer viaje en estas circunstancias, mi primer contacto con los amigos de las paginas de «Un, dos, tres...»… Tienes los nervios y hasta la adrenalina de enfrentarte a cosas desconocidas y eso se suma a todo. Para muchos ha sido una cosa, para mí ha sido mucho más y es algo que no olvidaré jamás.

  

Para terminar no me queda más que agradecer todas las muestras de afecto que sentí. Me sentí más arropado que nunca, como si fuera la estrella aunque las estrellas fuimos muchos. En van a tener un amigo para siempre.

 

 

Agradecemos a Fran que haya querido compartir con nosotros sus recuerdos

 

 

volver atrás

 

www.lawebdelundostres.es

undostres@lawebdelundostres.es